domingo, 16 de octubre de 2016

Súplica de la desesperada

Torre de Hércules. A Coruña, España.


Súplica de la desesperada

Pequeña, corre, por favor.
No caigas en sus juegos barrocos.
Todo lo que ves son velos y máscaras.
Detrás no hay nada más 
que un abismo. 

Pequeña, corre, por favor.
Sus caricias te corroen sin lamentos.
No habla con la voz de los ángeles.
Sus profecías están escritas 
en el polvo de mi inocencia.

Pequeña, corre, por favor 
Tus vestidos son aún muy blancos.
Hay palomas labradas en tu rostro.
Tú no sabes lo que es dormir 
en el lecho del temor.

Pequeña, corre, por favor.
El alma también se hace de belleza.
Puedes vivir el miedo en las letras.
No hay necesidad de que sientas
a tu corazón apagarse.

Pequeña, corre, por favor.
Aún voy arrastrando mis cadenas.
Mira mis alas ensangrentadas.
Siente en mis manos
las cicatrices de mi huida.

Pequeña, corre, por favor.
¿No te lastima mi voz quebrada?
Está llena de astillas de cristal.
Ven y deja que te dibuje el plano 
de la torre en la que estaba encerrada.

Pequeña, corre, por favor.

Guatire, 16 de octubre de 2016

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