sábado, 24 de septiembre de 2016

Lágrimas de sol

Templo de Debod. Madrid, España.


Lágrimas de sol

Cuando el viento se queda sin colores,
la ciudad se vacía,
las conexiones se pierden,
se ensombrece el sol 
y perecen las flores
¿a qué le escribimos entonces?
A vientos de hedores,
a calles sin nombres,
a desarraigados en su patria,
a noches perpetuas,
a tierras baldías.
¿Quiénes son los poetas en un país donde la música ya no alegra?
Esos a los que les duelen las púas del viento en el pecho,
esos que le inventan leyendas a las esquinas abandonadas, 
esos que son extranjeros en su propia casa,
esos que aún lloran al ver la luna al despertar,
esos que riegan un árbol de papel en medio de una montaña en llamas.
Y aunque son conscientes de sus pechos desgarrados,
de que nadie recordará las historias mañana,
de que serán apátridas en todas las tierras que habiten,
que no crecerá la luz de sus lágrimas 
y de que el papel aviva el fuego en lugar de calmarlo,
no pueden dejar de construir castillos en la arena de una playa donde los temporales son eternos.
Porque la sangre
y los versos
y los hogares sin calor
y el llanto 
y los incendios
son los únicos templos donde les enseñaron a rezarle 
a un dios 
al que la belleza le molesta.

Caracas, 13 de septiembre de 2016